martes, 16 de agosto de 2011
¿Salida?
Debe haber salida al final. La frase o el axioma se cumple. Aparentemente. La luz deslumbra y el alma se alegra. Pero, ¿y si tras este túnel hay otro túnel y después otro y así hasta ni se sabe? Un túnel, como un pozo, como un laberinto, como una nebulosa, como una gymkana...son parte de ese conjunto de elementos que parecen clasificar la existencia por el lado difícil y sufrido. Símiles, metáforas, ejemplos que diariamente usamos para describir brevemente lo arduo, lo oneroso, lo insuperable, lo recurrente. Cada jornada es un regateo de luces y sombras para los humanos. Jugando al escondite en el bosque anocheció...decía la canción infantil. ¿Será eso vivir?
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Toda salida es una entrada...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Si detrás del túnel hay otro y después otro no nos quedará más remedio que ir atravesándolos todos. Una vez que hemos empezado sería una tontería retroceder, o quedarse permanentemente en el mismo sitio. Y si resulta que al final no hay luz, pues que nos quiten lo bailao, porque en todo ese camino que hemos recorrido pensando o imaginando que había ya la hemos ido disfrutando, ¿o no? Además, a veces los obstáculos o los laberintos se ven mucho más complicados desde lejos (los túneles más largos y siniestros), y cuando te acercas a la salida, porque casi todos al final tienen salida, comprendes que tampoco era para tanto la cosa.
ResponderEliminarEsa canción que dices no la conozco, pero me he acordado de otra: cualquier noche puede salir el sol. Y si fuera verdad… ¿no es ese un buen motivo para seguir atravesando túneles y lo que se ponga por delante?
Al menos así lo veo hoy…
Tampoco reconozco la cancioncilla infantil que mencionas. Caramba con esos pobres niños, ¡cómo se las gastaban!
ResponderEliminarBromas aparte. Me parece que el tunel viaja con nosotros al igual que las posibles y más o menos variables salidas.
Si supiera expresarme mejor lo haría en términos de física cuántica, también refiriendome al archiconocido gatito de Schroëdinger, pero, desafortunadamente soy más bien cortita, intuitiva, si, pero cortita. Es lo que hay, con paciencia....
Vamos siempre instintivamente buscando la luz, aunque sea a ciegas.
ResponderEliminarAún dentro del túnel, a oscuras el tiempo transcurre y con él los acontecimientos, con luz o sin ella nos movemos y el movimiento es vida, es vivir.
Por mucha luz que inunde un espacio si te invade la inmovilidad, la inercia, no vives.
Es preferible ir atravesando túneles aunque solo llegues a intuir esa luz, que solo sepas que existe...no sé, ya es suficiente? ni idea...
-tan capaz de eternizar un beso, también lo eres para ponernos la duda sobre si hay o no salida...
ResponderEliminar-la magia de los fotógrafos, diría yo
saludos para vos
Vaya, Rosa, haberla hayla (la entrada), la otra, según.
ResponderEliminarGracias.
la salida... dentro de un dédalo de inseguridad; esconderse, eso hacemos, vivir escondidos de nosotros mismos
ResponderEliminartan profundas palabras
muy buenas tomas
saludos
Brenda Ladurie
Quelle, se agradecen los ánimos. De una lógica aplastante, aunque un tanto ooptimista. Cómo no vas a conocer la canción de jugando al escondite..el búho cantaba el miedo nos quitó...etc. Si la cantaba yo en el coro del cole de pequeño.
ResponderEliminarCierto. Emejota, el túnel viaja con nostros, me gusta la interpretación. Vuelves dinámico el espacio y somos nosotros el territorio. ¡Me encanta! Eso de que eres cortita, díselo a otros.
ResponderEliminarY es verdad, Balbi. Instintivamente avanzamos, ciegamente nos desplazamos...¿Cuántas veces bordeamos el acantilado con nuestros actos? De acuerdo, si te paras te quedas muerto. Siempre será preferible vivir en el filo. Lo curioso del túnel es que a veces la luz es un fiasco, sólo una impresión, como en el desierto.
ResponderEliminarOmar, pues no sé si tendré algo de mago (supongo que no) pero de fotógrafo, menos. Simplemente pongo el ojo, rebusco, si me deja el objeto, lo subvierto. La retina sabe de ello. La cámara unas veces coopera pero soy torpe, me dejo llevar.
ResponderEliminarBrenda, bienvenida. Pues no te digo que no vivamos escondidos. Y hay tantas maneras de ocultarse...
ResponderEliminarPasa cuando quieras.
Conozco esa sensación de la que hablas, porque a veces yo también me pregunto qué habrá detrás de ese túnel o de ese camino.
ResponderEliminarEs el ser humano en acción con sus incertidumbres y el miedo que acecha.
Pero por otro lado está bien indagar, buscar nuevas alternativas, regatear entre luces y sombras, buscar una salida.
Aunque tambiém te digo, nos pierde el control. Dejemos que la vida nos lleve y veremos que es más fácil dejarse fluir y más fácil encontrar la luz.
Mariola. Lo más curioso de todo es que un túnel no se elige. Para todos, en algunos aspectosy según circunstancias históricas y territorios, puede ser igual de largo y oscuro. En planos individuales, cada uno sabe su profundidad, consolidación y duración personal en recorrerlo.
ResponderEliminarSí, incertidumbres y miedos. También indecisiones, cegueras, no aprovechamiento de recursos. Y las ideas dominantes, que tanto pesan en cada ser. Personalmente pienso que no controlamos mucho. Simplemente que nos dejamos llevar por ideas fijas, preconcebidas o que no son nuestras. Buscar es dejarse llevar por nuestro fluir interior. Si nos llevan otros, malo.
Gracias.