sábado, 30 de abril de 2011

La estandarización de los cielos














Los habitantes de los cielos están tipificados, no obstante su amplio repertorio. Su imagen en la tierra, también, pero sometida a la inclemencia de los elementos y del olvido. El verdadero espanto en la historia de la iconografía nunca reside en la imagen en sí. Por muy exaltadora o impositiva que sea. El espanto está en su repetición, en su monótona siembra. Pero el tiempo y los deudos de los muertos introducen variantes. El óxido desfigurador, la purpurina que desvirtúa, la pátina casual o correctora. De una fundición madre acaecen estos looks actuales. Nada es lo mismo. Ni siquiera la tierra que vuelve a la tierra.




jueves, 28 de abril de 2011

Anatomía de un sayón






Este hombre lleva incorporada la sombra en sus propias facciones. Siendo un personaje abyecto es despiadadamente humano. Aun ejecutando el mal no se siente seguro. Él, que causa temor, tiene un rostro entre la duda y el espanto. Podría tratarse de un humilde campesino o de un artesano del burgo, pero es un sayón. En sus manos está el oficio de aplicar la solución final a los reos. ¿Es el temor a la muerte o el pánico a la némesis de los cielos lo que le dibuja una mueca de abstracción casi paralizante? En la mirada hay pena. Como si pensara: ¿estaré obrando bien? Sólo el saberse respaldado por los poderes le empuja a continuar su tarea. Pero no puede desproveerse del todo de su humanidad.


miércoles, 27 de abril de 2011

Ojos de buey









jueves, 21 de abril de 2011

Sombras de la escena







lunes, 18 de abril de 2011

Los paisajes agrarios








Los paisajes agrarios están al otro lado. Son amplios. Se despliegan. El verdor de hoy es lo áureo de mañana. La fortaleza testimonial está a este lado. Los intersticios defensivos de antaño pretenden cerrar la ofensiva del paisaje. No pueden. El palomar es una avanzadilla que planta cara a los resistentes extinguidos. Sopla aire. La mirada es insólita. De vez en cuando conviene mirar el mundo con los párpados entreabiertos. Para que cuando los abramos no nos ciegue el deslumbramiento. Sorprendente geografía de las troneras de la muralla.






viernes, 15 de abril de 2011

La danza de la Muerte







Primero hicieron de la tortura y la muerte un símbolo. Después, del símbolo hicieron fuerza. Más tarde, de la fuerza surgió el poder y éste generó la imposición. La imposición se dejó conducir por la estética, aunque alterada y sublimada por los artistas hasta traspasar todos los límites de la imaginación. Más tarde todavía, la estética devino en desgana. Una harta repetición hasta el infinito de lo finito. Un despliegue mecánico, obsesivo, verdaderamente mortal. El símbolo se podía llevar colgado del cuello, en el bolsillo, en las aulas, en los túmulos, en los signos. El símbolo crucificaba hasta el tuétano el alma del individuo y las costumbres de los pueblos. En algunos lugares abandonados se ha quedado en óxido. No da para más la muerte. La sombra de una danza.



jueves, 14 de abril de 2011

Colores de la historia


lunes, 11 de abril de 2011

Plegaria animista





viernes, 8 de abril de 2011

La invasión de la luz


miércoles, 6 de abril de 2011

Arrobamiento




Presas del arrobamiento, ¿qué esperan? ¿Un signo? ¿Una caída? ¿El cumplimiento de un augurio? Donde parece formarse un triángulo, se producen dos. Uno encarna la aspiración, la espera. Otro, la promesa, la llegada. Resulta sorprendente que la cábala también traspase fronteras culturales. O simplemente las posturas representen una actitud elemental cuyo contenido es el puro cuerpo, la pura mente. Lo atónito circula por las venas cotidianas.

lunes, 4 de abril de 2011

¿La argolla de la eternidad?


Descubrí la lápida ayer. En el exterior de un ábside que había permanecido abandonado desde la Desamortización hasta hace poco tiempo. Han tenido el detalle de dejarla ahí. Es probable que no sea sino una lápida. Que no esté en el lugar de ubicación original, pues también han pasado invasores, incluidos los de casa. Que debajo no haya sepulcro. Y menos un muerto. Y menos un alma. Un escudo nobiliario y otras insignias campean para mayor venganza del verdín. Pero lo realmente inquietante es la anilla oxidada. ¿Sujeta a este mundo una memoria olvidada? ¿Es un símbolo con que la materia existente trata de asir aún la desaparecida? ¿O sólo es un elemento práctico dispuesto para la resurrección del día final?

sábado, 2 de abril de 2011

Gotas de lluvia sobre nuestras cabezas



Las que más pueden calar. Unas gotas con muchos rostros. Signos de pictogramas, letras, alfabetos. Gotas de una lluvia que nació lentamente para que los hombres se entendieran. Más lentamente para hacerlos creativos. Más despacio todavía para hacerlos libres. No importa dónde estén fijadas hoy estas gotas de lluvia. Desde dónde surjan, desde dónde caigan. Siendo importante su imagen, siendo bellísima toda su multiplicidad estética y formal, lo más vital es cómo mojen estas gotas de lluvia el cerebro de los hombres, cómo fecunde su tierra, cómo humedezca su pensamiento. No os pongáis nunca a resguardo de la lluvia que os haga crecer.

viernes, 1 de abril de 2011

Caída controlada