miércoles, 15 de febrero de 2012

Caracoles y cócleas


La espiral es probablemente la huella más antigua de la tierra. Los fósiles nos proporcionan memoria de mundos desaparecidos. Los caracoles de tierra o de mar nos aportan presencia viva. Las subidas a las torres de los castillos y a los campanarios nos hablan de la solución que los hombres han reproducido para aprovechar el espacio. ¿De quién aprenderían los arquitectos del pasado? A veces uno encuentra edificios racionalistas modernos que todavía recuperan aquel instinto.


Porque la forma espiral es sobre todo instinto. Instinto con vocación de despliegue sin límites. Pura inercia, continuo desarrollo. Parece ser que hay grandes masas galácticas que se extienden por el universo manifestándose con ese sino. Este patio interior de Porto me parecía espectacular. A los patios interiores casi nadie los mira. Algunos tipos raros los escudriñamos y observamos la otra cara. En ellos encontramos respuestas más sinceras que en las fachadas de un edificio, puesto que en las fachadas se impone frecuentemente la apariencia y la retórica.


Las espirales. Geometrías que perviven más allá de las modas y de las especulaciones inmobiliarias. Las espirales. Por cierto, ¿cómo ha llegado a formarse la cóclea, ese extremo acaracolado propio del oído interno de los mamíferos?






6 comentarios:

  1. La espiral me arrastra, me lleva, me trae, me vuelve a llevar. El órgano más sutil el que posee la espiral, para poder escuchar el más sutil y elevado de todos los artes, el del sonido, la música, los murmullos. ¿Será que por eso se dice que al corazón de una mujer se llega antes por el oído? Bs.

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  2. Tu texto es muy metafórico, muy reflexivo y muy hermoso.
    Saludos.

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  3. La espiral...¿y cuando es laberíntica, Emejota? Porque los humanos también la han convertido en laberinto. Vaya dos símbolos, eh. Una representación de las vidas humanas. Pero no naufraguemos en ello. ¿Ah, sí? ¿Se llega al corazón de una mujer antes por el oído? Qué cooosa, que decía mi primo argentino.

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  4. M.Flores. ¿Cómo no convertir en metáfora ciertas cuestiones para hacer más llevadera la supervivencia? Metáfora no quiere decir necesariamente ni engaño ni cesión ni resignación.

    Gracias por el coment. Saludos.

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  5. Ja,ja, ¡anda!, no me digas que no lo sabías hermano. Ja,ja, eso es que no anduviste muy cerca de las diosas, son las encargadas de susurrarlo al oído. Claro, ja,ja para los varones se dice que es la vista lo que para las damas el oído. El gusto y el tacto para todos.
    Ya me lo dice mi hijo el solterito: Es que mamaaaaaaa, ya sabes como somos los tíos.
    Y su madre, es decir una servidora, piensa: La madre que te parió.
    Vaya, hoy estoy chistosa. Bs.

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  6. MJ. Que no, que no, que las diosas son sosísimas y viven en un plano ausente, intouchable y pétreo. Yo es que me quedé en la cátedra de las pitonisas de Delfos. Esas sí son las que sabían en mis tiempos atenienses, las que daban consejos prácticos, jaj.

    Buena nocturnidad.

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