miércoles, 21 de diciembre de 2011

Refugi 307


Rescato esta foto que hice hace tiempo. Todo es impreciso y se percibe difuminado y tibio. La luz eléctrica, la cavidad, los muros, la forma del túnel. Y sin embargo hay calidez porque se basa en el don humano de la protección. No hay en la obra un arte de exhibición y sin embargo sí hay un arte de construcción. Y esfuerzo, mucho esfuerzo. Y solidaridad e imaginación. Te sobrecoges, enmudeces, te parece escuchar el rumor de voces apagadas. Una sirena. Estás en el interior de una catedral de la supervivencia. Estuvo olvidado durante mucho tiempo y ahora se ha recuperado para la constancia y la memoria. Excavado en las tripas de la montaña para acoger a los vecinos del barrio próximo de Poble Sec de las bombas criminales de la guerra de la traición. Es el refugio 307.

7 comentarios:

  1. Cuánta angustia, cuánta desolación, cuántas injusticias, cuánto miedo se habrá vivido entre esas paredes. Y al mismo tiempo cuántas esperanzas y cuánta solidaridad… Sólo imaginarlo sobrecoge e impresiona, es verdad.
    La fotografía es todo un testimonio.

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  2. Tienes razón, seguro que si se escucha se oyen muchas voces que todavían respiran en el refugio.
    Una catedral de supervivencia, de ayuda, de protección, para no olvidar el esfuerzo de la gente que lo construyó.
    Que pases buenas fiestas de corazón.

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  3. No quiero ni pensarlo, Quelle, encima para acabar siendo unos derrotados. Tremendo país el nuestro.

    Buenos deseos para cada día del año. Salud.

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  4. Mariola, al principio sobrecoge bastante. La visita turística quita el resquemor, pero la gente que lo visita tiene una actitud muy respetuosa. Hay duende trágico en el lugar, al menos cuando yo estuve lo había. Ahora, no sé.

    Ya digo: extensión a cada día del año de lo grato y, si es posible, de lo satisfactorio.

    Un abrazo.

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  5. La "historia" se repitió por desgracia en un buen número de lugares de España durante la guerra (in) civil. La verdad es que sobrecoge enormemente, sí. Y tiene cierto aura y se percibe algo de espíritu triste, desde luego. En fin.
    Suspiros de España.

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  6. F. Bienvenido. Así es, pero suspiros con pus y sanguinolencia, si me permites, aunque suene fuerte. Mi padre, que había conocido aquello y una posguerra de hambre y necesidad, entre los pocos pero sustanciosos mensajes que me legó antes de morirse me dijo: que no conozcáis otra. Lo tenía muy claro. Si alguna vez te desplazas a Barcelona no dejes de visitar el refugio, tiene una pedagogía muy interesante.

    Gracias y pasa cuando quieras.

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