sábado, 1 de octubre de 2011

Póker de ases otoñales





No sé si el otoño juega al póker, al mus o a la brisca. Ni creo que sea un otoño de ganadores. Así que, a falta de corazones victoriosos, los árboles comienzan a derramar sus gotas de melancolía. Aún lo hacen lentamente. Sin aire, sin frío, sin humedad. Hay una extraña conspiración de la estación para que los habitantes no perezcan de improviso. Pero algunos mensajes te los vas encontrando por doquier. Ramajes más resecos, coloridos apagados de la floresta, hojitas sobre bancos, paseantes solitarios, caminos que se vacían...Señales de agonía que se incrustan paulatinamente en nuestras miradas. Hay algo en la luz del día que aviva el proceso cambiante. La luminosidad es más turbia y el ozono permanece engañosamente denso. Bajo tantos y tan calmados signos los humanos buscan el reflejo. Hay inquietud en el otoño del hombre. Tanto o más que bajo la máscara del equinocio.

19 comentarios:

  1. “Cuando nada sucede, y el verano se ha ido, y las hojas comienzan a caer de los árboles, y el frío oxida el borde de los ríos y hace más lento el curso de las aguas; cuando el cielo parece un mar violento, y los pájaros cambian de paisaje, y las palabras se oyen cada vez más lejanas, como susurros que dispersa el viento; entonces, ya se sabe, es lo que pasa: esas hojas, los pájaros, las nubes, las palabras dispersas y los ríos, nos llenan de inquietud súbitamente y de desesperanza. No busquéis el motivo en vuestros corazones. Tan solo es lo que dije: lo que pasa.”

    Ya lo dijo el poeta, Joachim, no hay más explicación: A veces, en octubre, es lo que pasa.
    ¿No es el otoño la estación más propensa para la melancolía? Habrá que dejarse llevar, simplemente…

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  2. Tras el otoño llega el invierno, luego la primavera. La rueda de la vida. Nada especial y maravillosamente único cada año. Besso.

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  3. Desde luego la vida es un juego, no siempre se gana pero estoy segura de que nunca se pierde por mal que vaya la partida.
    Preciosa foto!!

    Besos.

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  4. Quelle, me suena el tono de ese poeta. Pero no reparo con exactitud en su autoría. Si me ayudas...

    La melancolía es más bien cosa de las estaciones del alma. Quien es melancólico hace de todo el año una única estación, la de la melancolía.

    Otra cosa es ese cierto repliegue que nos invade a todos en estas fechas. No sé si por la luz o por los quehaceres y cuitas cotidianas.

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  5. Eh, Emejota, ¿nada especial? Francamente especialísimo sentir la sucesión de ciclos que nos renuevan como renuevan la tierra y sus frutos.

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  6. Ay, Montse, no estaría yo tan seguro y optimista como tú. Hay perdedores natos, perdedores sobre la marcha y perdedores de los que nunca se esperaba que fueran a perder.

    Todos jugamos con una baraja y por muy bueno que seas o por muy trafullero las partidas no están decididas nunca de antemano. Aunque algunos parten de mejores posiciones que otros, sospecho.

    Gracias por estar aquí.

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  7. Quelle:

    No podía ser otro que Ángel González, burro de mí. El tono contundente y amargo me lo ha iluminado.

    Qué belleza poética la de este hombre.

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  8. Hola Joachim&Malik, la sencillez al poder.
    Con tres hojas encima de un banco y bien encuadradas se puede hacer una buena fotografía como las que has hecho y muy aparente con la estación en la que estamos.

    Un abrazo

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  9. No has necesitado ninguna ayuda: Ángel González, sí.

    Tienes razón, qué buena frase: quien es melancólico hace de todo el año una única estación, la de la melancolía. Pero aun así, y aunque cada cual tenga sus propias épocas, hay algunas más propicias para que se agudice la melancolía, y el otoño es una de ellas. Será la luz (más íntima), la vuelta a la rutina después del verano, el largo invierno por delante, los nuevos planes y propósitos para enfrentarse a él (las dudas de poder sacarlos adelante), los colores, los olores, los sabores… los recuerdos de otros otoños. Claro, lo que no sé es si a todo el mundo le ocurre igual.

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  10. Abilio, el azar hizo la imagen y yo llegué en ese momento con mi cámara. Me senté en el banco a respirar a la orilla de un riachuelo. Sobre todo a respirar la ausencia de masa humana. Y las hojas andaban por allí... Gracias.

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  11. ¿Te digo una cosa, Quelle? Soy un escéptico de los tópicos. Puede que tras la eclosión primaveral y la invasión del estío nuestro cuerpo intuya los cambios. Todavía no se percibe mucho porque está haciendo muy bueno. Sigo pensando que la melancolía es un mal interior, da igual en qué ciclo natural vivas. Te recomiendo:
    "Anatomía de la melancolía", sobre todo su prólogo. Prueba a ver si en internet viene su introducción. Es de un erudito inglés que vivió a caballo entre los siglos XVI y XVII llamado Robert Burton.

    Lo sorprendente es la frescura de lo que expone. Las mismas preocupaciones que tenemos hoy día.

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  12. Los árboles seguirán desnudándose y el hombre seguirá abrigándose de ignorancia.

    Dobles parejas!

    Saludos

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  13. Encontré algo sobre el libro que dices, parece que es una selección de capítulos.

    Bueno, yo me refería a una melancolía más moderada, desde luego. Robert Burton, o mejor dicho, los autores que cita, parece que la consideraban como una enfermedad mental terrible “que hace degenerar a los hombres en bestias”, perder la razón y cosas terribles. Espero que los otoños no tengan tanto poder como para eso. Ya te digo, la melancolía a la que me refería es más sosegada, más apacible. No sé, quizás es que no está bien empleado el término, pero en estos casos también creo que está muy relacionada con la adaptación de nuestro cuerpo a los cambios.

    Gracias por la recomendación. Ha sido interesante echarle un vistazo.

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  14. Mediterráneo. Hay tanta sabiduría en tus palabras como en el nombre del mar que portas.

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  15. Si te entiendo, Quelle. Sé a qué nos referimos cuando utilizamos el término melancolía para casos como el otoño, la pérdida de un vigor aparente, la afectación más o menos evidente o un determinado regusto por el dejarse llevar malgré lui.

    Me alegra que te hayas acercado a Burton, no obstante los siglos que nos separan. Pero cuando uno ve la frescura y el tino de sus reflexiones me pregunto si ha pasado tanto tiempo o es que el hombre tarda muchísimo en construirse (y deconstruirse)

    Buena noche.

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  16. Y el viento empezará a soplar y, soplará aun más . De mis ojos lágrimas hará derramar y que acto seguido, con él se llevará

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  17. Me ha encantado el texto. Hay frases preciosas como que los árboles comienzan a derramar sus gotas de melancolía, o que la luminosidad es más turbia y el ozono permanece engañosamente denso.
    Sí, el otoño atrae al recogimiento, un poco a la tristeza que nos va invadiendo el alma. Pero una estación da lugar a otra y es natural. Hay que aprovechar estos momentos, contemplar...

    Más inquietud me causa este otoño del hombre, provocado por él mismo.
    un abrazo otoñal.

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  18. Sila, mínimas concesiones a la melancolía. Que es muy traidora. Gracias por aportar tu versificación particular al tema.

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  19. Mariola, gracias por recrearte en la idea del otoño que no llega aún del todo y que pretende recordar el texto. Pero coincido contigo en el otoño del hombre, en su falta de decisión y energía para afrontar los hechos de la vida personal y colectiva. En el deambular de su extravío.

    Un abrazo.

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