lunes, 9 de mayo de 2011

Los adioses






No sé qué tiene este conjunto que lo tiene todo. No sólo los personajes, sino las vidas que hay en ellos. No sólo la actitud, una espera expectante ante la partida. No sólo la paralísis, instante contenido ante la ignorancia del qué afrontarán. Uno no ve sólamente en esta obra lo que hay hasta ese momento. Se intuye un futuro largo. La tradición migratoria de los habitantes de la tierra, que algunos con el tiempo olvidan, se consagra en la mirada de la artista. Y después en el tratamiento y manejo de los elementos. Inédito trabajo que da cuerpo al taller donde el arte sale de las manos que han formado siempre las expresiones humanas. Mery Maroto, su autora se ha quedado en el momento en que, cual demiurga, va a soplar e insuflar nueva vida a los seres. Ellos, la vieja la llevan pegada a su piel, a sus gestos hieráticos, a las sujeción de los hijos, a sus vestimentas, a la maleta.



7 comentarios:

  1. Joachim, estas esculturas al tiempo que son poderosas se tornan volátiles por la imprecisión del detalle, parecen semiabstracciones que se deshacen constantemente para evadirse, es como si angustiara mirarlas por deflagración de la materia. Fascina contemplarlas.
    Me gustan tus fotos, el orden que has elegido y, por supuesto, el texto que las acompaña.

    Gracias por acercar tanto arte, desborda por todos sus ángulos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¿A que es preciosa esa borrosidad que las configura? Como si fueran Golem en marcha. Mira que el color gris es un color que tengo atravesado (demasiadas comparaciones y metáforas al respecto), pero aquí encajan de maravilla. Seres a punto de partir, y ya desgarrados. Por eso esa abstracción: no hay mirada en ellos. Sólamentes expectación contenida.

    Gabriela, te agradezco el coment. Uno se siente arropado por quienes pasáis por aquí.

    ResponderEliminar
  3. Qué bien ha sabido captar la artista el momento, y qué bien ha sabido captar el fotógrafo los detalles de la obra de la artista.
    Aunque los personajes no tengan mirada, por sus gestos casi se puede imaginar una lo que está pasando por sus mentes: el abatimiento, el miedo, la angustia, la incertidumbre... A mí me parece que la borrosidad le da un aire de melancolía a la escena, ¿no?, o como si con ella cada una de las personas del grupo quisiera guardarse para sí misma el dolor y no reflejarlo ni transmitírselo al resto, que bastante tienen con el suyo (ese hombre girado…) Y la maleta, donde podrían caber todas las escasas pertenencias materiales de la vida que se queda atrás. Como tú dices, se intuye una de esas partidas largas en que no se sabe la fecha del regreso, ni siquiera si lo habrá.
    Lo triste es que, cambiando a los personajes y sus ropas, esa escena sigue siendo demasiado cotidiana, y para muchos de los protagonistas tiene además el agravante añadido de no saber si llegarán con vida a sus destinos. Uf. Algunos olvidan, sí.

    Tus miradas siempre tan interesantes, gracias por compartirlas.

    ResponderEliminar
  4. Quelle. Las imágenes se superponen en nuestra mente a las imágenes. La neblina del puerto se pega a las figuras, ¿es algo así lo que intuyes? Todo lo demás que dices yo lo siento así también, de manera aproximada, y no te quepa duda de que la artista lo ha captado divinamente. Es genial. Lo de menos son las formas o las vestimentas...el fenómeno migratorio sigue teniendo la misma desazón, con el agravante de que el actual congrega a los más pobres de los pobres, los que van sin nada de nada. Supongo que con recuerdos.

    El tiempo y la belleza que nos rodea me dicen que hay que mirar lo que merece la pena. Buscar el objeto es fantástico, luego la mano que hace el click, bah, es secundario.

    ResponderEliminar
  5. Gracias a la mano que hace click, secundaria para quien sin vanidad solo intenta, desde la dimensión invertida de la cámara, eternizar los rescoldos más bellos que tiene cualquier elemento en este mundo. Para ello, lo primario, es la inquietud de un alma singular metida en el hombre que comprime con su dedo el botón daguerriano. Saludos fraternales desde Uruguay y aprovecho para deciros que me complacería utilizar vuestro arte para videopoesía.

    ResponderEliminar
  6. Ningún inconveniente en utilizar las fotografía, los textos, lo que desees. Ya lo dejo claro en la introducción, todo se debe usar con libertad. ¿Se puede atar el viento? Es probable que se sujete y se haga negocio con él (las empresas de electricidad por ejemplo) pero me niego al tráfico de las imágenes y de las palabras.

    ResponderEliminar
  7. Enletrasarte, creo que hiciste un comentario aquí, pero con lo ocurrido chez Blogger ha desaparecido. Puedes volver a intentarlo. Gracias.

    ResponderEliminar