martes, 17 de mayo de 2011

Faralá




No es un anuncio. Tal vez se trate de un bodegón de calle, espontáneo. Paisaje después de la batalla. Los colores pueden con las sombras. ¿De dónde emergen los colores? Que si de los tintes. Que si de las mezclas. Que si de la irradiación. Que si de la materia bruta. ¿Vemos los colores con los párpados cerrados? Todo se desliza, sin permanecer, a través de una iridiscencia misteriosa. Nos alimentamos de colores.

6 comentarios:

  1. Aunque cueste creerlo, los gitanos que para mi son los protagonistas de esta escena, tienen su cuota romántica. Empecemos por los lunares, típico, las aceitunas, la flor que ella pondrá sobre su oreja entre las ondas negras de su pelo, las dos copas, tinto él, blanco ella.
    Magestuoso, inspirador, me alegro de ello.
    Un abrazo con un poquito de sangre andaluza

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  2. Qué colorido más bonito, y qué imagen tan sugerente… (¡qué romántica!) Hasta parece que tiene música. Y olor, huele como a primavera. Es verdad que invita a imaginar historias.

    ¿Paisaje después de la batalla, dices? A mí me sugiere más bien el paisaje de “antes de la batalla”. Pero bien podría ser “después”, sí, o “durante”. Esas copas de vino a medio beber… ¿Y si fuera la historia de un desencuentro? Todo preparado y no acudió a la cita… (a continuación la lista de improperios). No, mejor que sea el paisaje antes de la batalla, con final feliz.

    ¿Podría ser que en este caso los colores emerjan de la misma intensidad de la imagen?
    Preciosa, me encanta.

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  3. Enletras...creo que te dejas llevar un poco por los tópicos. Aunque parezcan señas de identidad corporativa hispánica, tampoco los gitanos son lo que eran...según la Carmen de Bizet. Por cierto, la Carmen de Saura, el cineasta, me fascinó. En serio ya: lo que me fascina es la combinaión de colores. Incluso si me apuras, lo que menos me gusta es el mantel de lunares. Lo que más el color azul del fondo. Los vinos son verdaderos estandartes de un encuentro amigable.

    Un abrazo.

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  4. Desde luego, Quelle. Tentado estoy a borrar el texto y dejarte el marco en blanco. Te sugiere tanto que seguro que lo llenarías de luz y de color (huy, me ha salido una frase de película de Marisol, mi primera novia virtual)

    Ah, muy sagaz. Debería modificar lo de paisaje después de la batalla. O romper copas, platillo y flor para que, según tu guión, se adaptara a mi frase. En realidad, y lamento llevarte la contra, no hubo ninguna batalla. El encuentro fue ameno y grato, y tenía carácter literario y de análisis de recuerdos y significados.

    Los colores no sé de dónde emergen, pero tienen vitalidad, impacto. El lugar es muy simple, pero me encanta. En el interior es más barroco, por otras características. Tengo la impresión de que he colgado en alguna otra ocasión fotografías en este lugar y los colores ya andaban por allí. Me alegro que te guste.

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  5. Yo creo que sí, que si cierras los ojos puedes ver la pasión de la feria: El rojo pasión del vestido con sus topos blancos, el rojo de los claveles y las rosas, el rojo color del vino tinto y también, como no, el verde de las olivas.
    Preciosa fotografía!!

    Besitos.

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  6. Bueno, cerraré los ojos y ¡de feria! Gracias por el ánimo, Montse.

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