lunes, 16 de mayo de 2011

Autógrafas



El poeta dedica; tienen sus manos algo de sacerdotal. Sus dedos están ungidos con la tinta sagrada. La tinta no es sagrada porque sea tinta, sino por las letras que configuran palabras. O acaso la tinta sí que es sacra porque en ella hay algo del origen primigenio, del cuerpo de la tierra que proporciona materia para plasmar palabras e imágenes. Y entonces acaso las palabras sí son blasfemas, porque las palabras nacen del cuerpo de la carne, que está hecho para el deseo, la memoria y el logos.

9 comentarios:

  1. Entre lo sacro y lo pagano, Emejota. Buen día.

    ResponderEliminar
  2. Y el punto final ¡fabuloso!

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Punto y seguido sólo, Montse. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. De qué comento? De lo escrito o de la fotografía??
    Mirad esa mano enérgica, henchidas las venas por donde corren ríos de inspiración y aunque se ha detenido en su nombre, es bien cierto, que sobre éste van perdiendo su brillo azulplateado decenas de palabras que 'podrían' hablar de amor.
    Buena mezcla, como la caña blanca brasileña y el limón.
    Un abrazo oriental

    ResponderEliminar
  5. Puedes comentar de ambos, de letras y de foto. Las palabras contenidas en el libro que se dedica hablan de nostalgias más bien.

    Me apunto la receta de la caña bñanca y el limón, si alguien sabe por estos lares prepararla.

    Gracias y un saludo, EnletrasA.

    ResponderEliminar
  6. Las palabras son el todo y la nada, son imagen que se vuelve frase, tejido de letras que nos devuelve una foto en sepia. Buenas tomas. Aunque no comente mucho siempre vengo a darme una vuelta por acá.

    Respecto a lo otro, no programo esas cosas ni las llamo, pero eso sí... siempre estoy preparado.

    Felicidades y éxitos.

    ResponderEliminar
  7. Bienvenido, Eric. Ya había visto algunos de tus trabajos bárbaros. Enhorabuena por tu pulso fotográfico. Coincido en tu apreciación sobre las palabaras. Imágnes son desde el principio de su tiempo. Una foto que habla no necesita acompañamientos literarios, y viceversa. Pero a veces apetece una comunión explícita.

    Lo mío es solo búsqueda, ocasión y significantes. En quedarme mínimamente a gusto reside mi "éxito".

    Salud y Fraternidad.

    ResponderEliminar
  8. ¿Quién será el poeta-propietario de esa mano y de tan original firma? Dirás que esos detalles son lo de menos, y tendrás razón, pero todavía sigo intrigada con el asunto, qué curiosidad… ¿Es conocido? ¿Una pistita…? ¿Unos versos para acompañarla? ¿… Algo? Aunque estoy casi segura de que pertenecen (la mano y la jota) a un buen escritor. Será intuición femenina.

    ResponderEliminar