martes, 20 de septiembre de 2011

Ráfagas


Al borde mismo del otoño todo llega como ráfagas. ¿No es ése el acontecer de la vida? La nitidez, ¿existe? ¿Se para en algún momento el paisaje, se detienen las carreras, se consolidan acaso los objetos? ¿Qué fue antes, el interior o los márgenes? Ni siquiera la carcajada de un niño permanecerá. Pero es bueno saber que un día fuimos ráfagas.

8 comentarios:

  1. ¿Acaso no seguimos en ello? Me refiero, seguimos siendo ráfagas, seguro que plagadas de hojas secas, pero ráfagas al fin y a la postre. Beso.

    ResponderEliminar
  2. Supongo que sí, Emejota. Y no tan de hojas secas. No hay que renunciar a su humedad nunca.

    ResponderEliminar
  3. Hermosa foto, me encanta.Poètica.
    Una ràfaga de poesìa cruzando la vida.
    Felicitaciones!!Ün saludo.

    ResponderEliminar
  4. Sí, las ráfagas pasan, pero siempre quedará esa "impresión" en nuestras mentes.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. La vida es una mezcla extraña de días que pasan rápidos como ráfagas y minutos que parecen eternos. Un continuo movimiento, nada se detiene. Un ir y venir. La nitidez no debe existir, sólo el concepto que tenemos de ella. Detrás de esa carcajada vendrá otra, pero nunca podrá ser exactamente la misma, ni por el mismo motivo. No hay dos instantes idénticos.
    Ah, y yo diría que primero fue el interior. ¿Quién intentaría ponerle márgenes a la nada?

    ResponderEliminar
  6. Azucena, bienvenida. Es instinto sobre todo: la ráfaga, la risa, el niño, la mirada, la vida. Todo instinto.

    Gracias por pasar.

    ResponderEliminar
  7. Y qué verdad, Mariola. Las ráfagas son la impresión misma. Después todo queda sedimentado.

    ResponderEliminar
  8. Quelle, una visión muy aproximada. Aunque lo real no siempre es tal cual se ve. La vida nos desborda. Es más que la experiencia. Sus manifestaciones nos vienen grandes, pero es un placer disfrutar de aquellas que tocamos y nos tocan.

    Gracias.

    ResponderEliminar