¡Ah!, los mendigos son un pueblo que se va convirtiendo en piedra , dice la poeta brasileña Cecilia Meireles. Yo no sabía de esa ecuación, pero algo he sospechado cada vez que he visto los viejos caserones castellanos arrumbados. Qué dignidad las líneas verticales de esta fachada. Qué pretensión baldía. Qué ascensión castrada por la incuria. Qué palacio de la modestia. Qué catedral de la elemental sabiduría. Piedra o adobe, madera u óxido, me da lo mismo. Son los materiales de los hombres. Al final, todos acabamos mendigos de una manera u otra. Esperando no el juicio de ningún dios sino la sentencia del propio derrumbe.
domingo, 4 de septiembre de 2011
Ascensión
¡Ah!, los mendigos son un pueblo que se va convirtiendo en piedra , dice la poeta brasileña Cecilia Meireles. Yo no sabía de esa ecuación, pero algo he sospechado cada vez que he visto los viejos caserones castellanos arrumbados. Qué dignidad las líneas verticales de esta fachada. Qué pretensión baldía. Qué ascensión castrada por la incuria. Qué palacio de la modestia. Qué catedral de la elemental sabiduría. Piedra o adobe, madera u óxido, me da lo mismo. Son los materiales de los hombres. Al final, todos acabamos mendigos de una manera u otra. Esperando no el juicio de ningún dios sino la sentencia del propio derrumbe.
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Materiales de la tierra y bien estructuradas, así trabajaban los de antes, a pesar del aguante al tiempo poco a poco van desapareciendo, una lastima, eso significa despoblación.
ResponderEliminarUn saludo.
Acorde. Bellísimas imágenes. Beso.
ResponderEliminarTal que líneas paralelas que nunca llegarán a juntarse...
ResponderEliminarMuy lindo lo que has escrito. Las fotos, también.
Sí, ahí están, expuestos al sol, a la lluvia y al paso del tiempo sin perder ni un ápice de su dignidad. Orgullosos, a pesar de los pesares, intentando que desde el otro lado no se sepa de la extraña suerte y de la tristeza que los recorre por dentro. Majestuosos a su manera, como ellos.
ResponderEliminar(Brasileña…)
Jesús, o abandono familiar. La casa de la foto tiene propietarios, pero por la labor de restaurarla no están, desde luego. Y al final esta injusta y anodina Castilla sigue sin valorar su arquitectura. Pero entrar en deducciones me deprime. La gente se ha vuelto pesetera y egoísta por doquier y la cultura solo la entienden si les da dinero, no como esfuerzo por hacerla crecer. Así nos va a todos.
ResponderEliminarSaludos.
La belleza de la sencillez, que no de lo simplón. Una belleza traicionada. Señor...
ResponderEliminarGracias, Emejota.
Bien dices, Joana. En toda ascensión las líneas nunca se encuentran. Sólo se anhelan.
ResponderEliminarMuchas gracias por el estímulo.
Es probable, Quelle, que se caractericen como dices, pero te aseguro que no lo aprecian así los del entorno. Para los dueños y el pueblo es una casa caída (en las fotos no se percibe su estado interior) que afea un rincón de la plaza. Podría explicitar más conclusiones que saqué, pero eso nos llevaría a otros extremos. Contemplemos la sabiduría en estado humilde.
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