¿Qué hace un can tan ufano vigilando un tractor obsoleto? ¿Protegiendo un pasado inexistente? ¿Preservando una reliquia? ¿Evocando una larga tarea de labranzas que ha acabado en masa de óxido y mugre? ¿Se establecerá entre el animal y la máquina un coloquio desigual en experiencias pero receptivo en servidumbres? Los enigmas están a la puerta de nuestras vidas y no parece que nos enteremos de lo que ocultan.
Muito bom!!
ResponderEliminarbeijos!!!
Janice. Parecia cheio de ternura que trator companhia mútua e cão aposentado. Beijos.
ResponderEliminarAlgo estará atendiendo el can. Se nota que esta pendiente y atento.
ResponderEliminarUna foto con historia.
Un saludo
Claro, Luis, el intruso, ¿quién crees si no? Estaba muy atento y ladrador a ratos. Gracias por pasarte.
ResponderEliminarEncadenado estaba el pobre. Seguramente, si le dejaran en libertad no custodiaría esa masa de óxido y mugre, retozaría y corretearía por los campos. Esa cadena sí que tiene poco de enigma y mucho de evidencia de humana crueldad y forzada servidumbre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Salam, se agradece tu sensibilidad, pero si te digo lo mejor...su dueño es un cura.
ResponderEliminarWonderful picture and text. yes, it looks like poetry. please have a good wednesday.
ResponderEliminarRobert. Is what you find in everyday life, thanks for your good wishes. Wednesday also good for you.
ResponderEliminarMe gusta tu interpretación de la fotografía. Unas imágenes que dan para plantearse un montón de preguntas como haces.
ResponderEliminarMe quedo con los enigmas, que siempre están ahí, esperando a que despertemos para verlos.
un abrazo.
Mariola, el paisaje, lo que vemos, es siempre un mundo de preguntas. Pero aunque no nos las hiciéramos, siempre siempre nos ofrece respuestas. Otra cosa es nuestro desdén o el pasar de largo. Y a mí no me gusta pasar de largo.
ResponderEliminarUna prueba más de que tu condición o estado religioso no te hace mejor persona "per se". Me viene a la cabeza el caso de la monjita que robaba recién nacidos a sus madres. El sacerdote propietario del perro será una excelente persona, pero el hecho de que lo tenga encadenado no habla muy bien de él.
ResponderEliminarUn saludo.
Tu mirada siempre va más allá de la simple imagen, y tus reflexiones sobre ellas invitan a hacer lo mismo.
ResponderEliminarEn este caso a mí me da que la explicación es más sencilla: el señor cura no encontró otro sitio mejor para atar bien atado al pobre animal, que se merecía un lugar más acorde con su elegancia, como un campo donde correr libre y feliz.
Saludos Joachim.
Salamandrágora, coincido contigo. Lo que no imaginas es la superficie de huerta, viñedos y en menor medida gallinas que tiene el susodicho señor del perro...
ResponderEliminarQuelle, igual lo deja suelto por la noche (eso espero) Por el día transita mucha gente por el lugar y ya sabes. Tal vez un día me proponga por curiosidad conocer al pastor (de almas, jaj)
ResponderEliminarGracias.
Esta imagen me resulta desoladora.
ResponderEliminarClaro: si se suma al perro con cadena el tractor obsoletísimo...
ResponderEliminara quien piense que la cadena es parte del yugo, os digo, a voces digo, es la única forma de que no se convierta en otro trasto viejo y herrumbrado
ResponderEliminar.
saludos
Omar, según se vea, otra interpretación. Las vidas físicas.
ResponderEliminar