Por un día, el ojo del mirón fue desplazado por otro sentido más intenso. Sin dejar de mirar y admirar las formas, los colores y las texturas, el mirón de la cámara en ristre olió. Benditos perfumes de la tierra, dejadme impregnar mi pituitaria y enjugar mis papilas. Pasen y gusten.
Me gusta este trabajo que ensalza el sentido del olfato, por otra parte bastante olvidado.
ResponderEliminarLastima que la pantalla no se haya querido inmiscuir en este juego y no me haya permitido oler aquello que has retratado de manera magistral.
Siempre hay que esperar si se quiere hacer de las sombras la luz. Yo considero que en esa espera está la esencia de muchas cosas, la esencia de un camino sin fin, un camino que no conoce meta alguna pero que siempre promete y concede felicidad.
Un abrazo
Aquí como no podemos captar los olores, concentramos la vista en esa fiesta de color y de formas que nos ofrece la buena tierra.
ResponderEliminarLa frescura de la huerta inmediata tan bien expuesta es envidiable y las fotos la han recogido tal cual, me encantan.
saludos
Mmmm gracias. Mientras las veía ya estaba degustando un condumio ad hoc, si es que no tengo remedio soy un 90% vegetariana y esos puerros, ay madre, unos de mis favoritos. Bs.
ResponderEliminarBelas imagens!!!
ResponderEliminarBeijos!!!
Luis. Acaso la tarea vital sea precisamente deslizarnos entre las sombras para hallar ciertas luminarias. Porque la luz también es tramposa, puesto que muchas veces se nos ofrece como tal cuando sigue siendo todo oscuro. Y, por el contrairo, en las sombras los humanos tmbién nos encontramos: en ellas podemos advertirnos, conocernos, indagar sobre nuestra personalidad.
ResponderEliminarLa verdad es que los productos de mercado son un canto a la naturaleza por sí mismos: color, olor, materia...vínculo con la tierra. Gracias por tu comentario.
Pero el poder de la imagen, Balbi, es enorme. Vinculada a nuestro aprendizaje, al tesoro de nuestro subconsciente. Según miraba las fotos que había colgado, o mejor dicho, en función del producto, la boca se me hacía agua, o percibía las plantas aromáticas...es curiosa la unidad que s eintala en nuestra mente entre los sentidos. Una maravilla. Cosas así son las positivas de la especie humana.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Emejota, unos buenos puerros por sí solos levantan al más desanimado. Pero rellenos son una exquisitez. Y una crema, ¿qué medices de una crema?
ResponderEliminarJanice, obrigado. Me alegro que te gusten las imágenes.
ResponderEliminarGraro, muy grato ha sido llegar a tu casa y disfrutar del sentido de la vista imaginándo justo al momento el olor de verduras tan ricas
ResponderEliminarUn abrazo, me ha gustado llegar
Stella
Pues me alegro si los sentido se te han iluminado, Stella. Es que cada ser de la huerta tiene vida propia.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Pero cómo nos conquistó la comida basura? qué maravilla natural!
ResponderEliminarBuena pregunta, Francesca, que yo no sé responder. Por cierto, a mí no me ha conquistado todavía. Ahora me explico que el pintor Arcimboldo hiciera caras con hortalizas. ¿Sería porque creía que la cara es el espejo del alma?
ResponderEliminarTanto mi vista como mi olfato han disfrutado de esta entrada.
ResponderEliminarEl olfato es el sentido que me devuelve con mayor fidelidad y facilidad los recuerdos.
A mí también me sucede eso, Cuspe. Muchas gracias.
ResponderEliminarOh, una delicia de aromas y visión que despiertan al resto de los sentidos.
ResponderEliminar¿A que sí? Que los aromas despierten todos tus sentidos.
Eliminar