Qué vértigo… (menos mal que miramos desde abajo) Qué pasamanos tan bonito… Qué luz… Qué perspectiva la del fotógrafo… Qué miradas más artísticas… Qué tomas tan… espectaculares, (no se me ocurre otro calificativo ahora, pero lo son, me lo parecen)
barandales que caracolean jugando alrededor de una escalaera que va desde las sombras de la ansiedad a la luz de un encuentro... ¿fotopoesía? un abrazo
Las escaleras en este caso van hacia arriba...no, en realidad da la impresión de que estuvieran suspendidas en el aire...transmiten la sensación que elevarnos hacia arriba, hacia esa luz. Fantásticas perspectivas, no sabría decidir cual es la mejor.
Qué...vergüenza me haces pasar, Quelle. Qué rubores...Pero si todo es más simple. A ver ¿cómo lo explicaría uno? A uno, desde siempre le ha gustado colarse por los espacios más insignificantes, más apartados,menos visibles...precisamente ¡para ver lo que no se ve a primera vista!
Obliga al ojo (al interior sobre todo) y el soporte cámara fotográfica ayuda, ya lo creo. Muchas veces vuelvo al lugar fotografiado porque las fotos me han descubierto lo que los ojos miraron pero no vieron con suficiente incisión.
Omar, me gusta tu nombre y tu concepto: fotopoesía. Si yo fuera arquitecto diría que en el principio fue la arquitectura. Probablemente lo fue antes que la palabra. La cueva o el abrigo rupestre como adaptación natural del individuo y su tribu, paralelo a los gruñidos y coetáneos a las miradas.
Me fascinan los edificios civiles de la burguesía urbana del siglo XIX y parte del XX que hay en ciudades españolas. Están plagados de detalles. Y muchos de ellos, como se medioconservan tienen un olor y una luz especiales.
Balbi, bienvenida. ¡Es que las escaleras están suspendidas en el aire! No le des más vueltas. Y otra revelación que os hago a todos: subí por peldaños invisibles y bajé deslizándome por la barandilla. Como se entere el casero...Ya en serio: no entiendo esa sensación de luz que desplaza de tal modo la oscuridad y el objeto. Si no parecía que hubiera tanta claridad. Misterios del ojo técnico.
¿Deslizándote por la barandilla de una escalera suspendida en el aire? ¡Para haberte matado! Espero que al menos tuvieras la precaución de dejar la cámara aparcada en lugar seguro…
Es curioso lo que dices, pero tiene mucho sentido. Hay detalles que se le pueden pasar al ojo, pero no al objetivo.
(Lo que me gusta, además de las perspectiva, las tomas, la luz que no te parecía tanta pero que ahí estaba, la escalera suspendida en el aire, las imágenes, y todo en general... es la barandilla, no el pasamanos. Un lapsus.)
Quelle. No te preocupes por el lapsus, te entendí. El pasamanos es la madera que va sobre la barandilla, y es más suave a la mano o al culo, ja, que si fuera sólo el forjado.
El objetivo tiene su independencia, no se siente tan estresado por nuestro propio ojo, ni tan urgido por nuestra ansiedad de captar lo inédito.
Insisto: el ojo exterior detecta, el interior distingue y decide.
Mariola, pues toda tuya esa foto. La verdd es que el efecto se multiplica cuando la cámara te ofrece su particular descubrimiento, independientemente de los ojos propios.
Qué vértigo… (menos mal que miramos desde abajo)
ResponderEliminarQué pasamanos tan bonito…
Qué luz…
Qué perspectiva la del fotógrafo…
Qué miradas más artísticas…
Qué tomas tan… espectaculares, (no se me ocurre otro calificativo ahora, pero lo son, me lo parecen)
Me encantan estas imágenes.
barandales que caracolean jugando alrededor de una escalaera que va desde las sombras de la ansiedad a la luz de un encuentro...
ResponderEliminar¿fotopoesía?
un abrazo
Las escaleras en este caso van hacia arriba...no, en realidad da la impresión de que estuvieran suspendidas en el aire...transmiten la sensación que elevarnos hacia arriba, hacia esa luz.
ResponderEliminarFantásticas perspectivas, no sabría decidir cual es la mejor.
Qué...vergüenza me haces pasar, Quelle. Qué rubores...Pero si todo es más simple. A ver ¿cómo lo explicaría uno? A uno, desde siempre le ha gustado colarse por los espacios más insignificantes, más apartados,menos visibles...precisamente ¡para ver lo que no se ve a primera vista!
ResponderEliminarObliga al ojo (al interior sobre todo) y el soporte cámara fotográfica ayuda, ya lo creo. Muchas veces vuelvo al lugar fotografiado porque las fotos me han descubierto lo que los ojos miraron pero no vieron con suficiente incisión.
A mi me encantó la barandilla también. Gracias.
Omar, me gusta tu nombre y tu concepto: fotopoesía. Si yo fuera arquitecto diría que en el principio fue la arquitectura. Probablemente lo fue antes que la palabra. La cueva o el abrigo rupestre como adaptación natural del individuo y su tribu, paralelo a los gruñidos y coetáneos a las miradas.
ResponderEliminarMe fascinan los edificios civiles de la burguesía urbana del siglo XIX y parte del XX que hay en ciudades españolas. Están plagados de detalles. Y muchos de ellos, como se medioconservan tienen un olor y una luz especiales.
Salud.
Balbi, bienvenida. ¡Es que las escaleras están suspendidas en el aire! No le des más vueltas. Y otra revelación que os hago a todos: subí por peldaños invisibles y bajé deslizándome por la barandilla. Como se entere el casero...Ya en serio: no entiendo esa sensación de luz que desplaza de tal modo la oscuridad y el objeto. Si no parecía que hubiera tanta claridad. Misterios del ojo técnico.
ResponderEliminarMuchas gracias por enlazarte a mi blog, me encanta el tuyo, me quedo entre tus imágenes y letras.
ResponderEliminarBienvenida, Carla, pasea cuando quieras por esta arboleda.
ResponderEliminar¿Deslizándote por la barandilla de una escalera suspendida en el aire? ¡Para haberte matado! Espero que al menos tuvieras la precaución de dejar la cámara aparcada en lugar seguro…
ResponderEliminarEs curioso lo que dices, pero tiene mucho sentido. Hay detalles que se le pueden pasar al ojo, pero no al objetivo.
(Lo que me gusta, además de las perspectiva, las tomas, la luz que no te parecía tanta pero que ahí estaba, la escalera suspendida en el aire, las imágenes, y todo en general... es la barandilla, no el pasamanos. Un lapsus.)
Quelle. No te preocupes por el lapsus, te entendí. El pasamanos es la madera que va sobre la barandilla, y es más suave a la mano o al culo, ja, que si fuera sólo el forjado.
ResponderEliminarEl objetivo tiene su independencia, no se siente tan estresado por nuestro propio ojo, ni tan urgido por nuestra ansiedad de captar lo inédito.
Insisto: el ojo exterior detecta, el interior distingue y decide.
Me gustan estas fotogafías , sobre todo la cuarta porque veo en ella más luz y me invita a subir...
ResponderEliminarun abrazo.
Mariola, pues toda tuya esa foto. La verdd es que el efecto se multiplica cuando la cámara te ofrece su particular descubrimiento, independientemente de los ojos propios.
ResponderEliminarUn abrazo.
La estrategia del caracol, claro.
ResponderEliminarExcelentes.
Saludos blogueros
José Antonio. Más o menos. Una buena espiral abierta.
ResponderEliminarGracias. Saludos.