viernes, 7 de septiembre de 2012

A la solana



Hay que tener mucho aguante para sentarse a la solana y dejar el sombrero de lado. Se corre el riesgo de perder las carnes y con ellas el pudor. Y quién sabe si también las ideas. Pero este sprint final del verano pide aprovechar los ratos en que la tierra calienta los cuerpos. El otoño y sus melancolías está al acecho. Nuestro vecino lo sabe. Por eso apura la calle.




18 comentarios:

  1. ¡Desde luego que sí! Pero a tu vecino se le ve un poco rígido, no sé… parece más relajado el sombrero que él. ¿Será la primera vez que posa para una foto? Verás cuando se vaya corriendo la voz por el vecindario…

    ResponderEliminar
  2. Hace falta valor ven a la escuela de calor que decía la canción.
    Si el otoño esta a la vuelta de la esquina y más nos vale que nos alcance con las carnes calientes.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. El vecino se salió de un cuadro de Chirico, así cualquiera...

    ResponderEliminar
  4. Você tem feito belas imagens.
    Muito bela.
    beijos!!!!

    ResponderEliminar
  5. Jo, Luis, qué razón tienes, cabe esperarse cualquier cosa del otoño. Nos va a enflaquecer mucho más y los meses y años que vendrán después.

    ResponderEliminar
  6. Ay, pues es verdad, Salamandrágora, cómo controlas el tema.

    ResponderEliminar
  7. Você é muito gentil e encorajadora, Janice. Obrigado.

    ResponderEliminar
  8. Can't wait for autumn to arrive. Always feels a bit like May, when life starts anew.

    ResponderEliminar
  9. Robert. There is no beginning or end in the natural cycles of the year (except as destructive and predatory action imposing man) All seasons are beautiful, do not you think so?

    ResponderEliminar
  10. Me alegro de que sigo tu blog. Descubrí aquí, por su parte, silvestre presentada en todas las formas. Con gusto volveré. Sinceramente!

    ResponderEliminar
  11. Bienvenido Cristian, pasa cuando gustes por mi blog. Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  12. El vecino disfruta el verano que se nos va, quiere cargar de sol sus pilas de madera para no pudrirse con la humedad del invierno luego.

    Saludos

    ResponderEliminar
  13. Feliz interpretación, sí señora. Todos tenemos que tener bien cargadas las pilas, por si el invierno dura más que una estación.

    ResponderEliminar
  14. El lo sabe, sabe que sin la energía del sol no seríamos nada, calienta su cuerpo y su mente se llena de nuevas vibraciones para la estación que llega.
    Me ha gustado el texto.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Así es, Mariola. Se puebla de luz, era una tarde acogedora.

    ResponderEliminar
  16. Lamalwina. Thank you very much, you can come to my blog at anytime.

    ResponderEliminar