jueves, 17 de enero de 2013

El óbolo ígneo




¿Tan incendiario será aquello que pide el letrero que se ayude? Hasta ahora sabía que la fe inflamaba lo que los clérigos denominan el alma. En nombre de esa llamarada espiritual sus partidarios han combatido históricamente a los que no comulgaban con su ardor. Se ha denunciado como herejías lo que no se amoldaba al pensamiento reduccionista de la mayoría que se imponía. Se ha llamado a cruzadas (algunas no tan lejanas) encubriendo el afán de conquista y de expansión territorial, cuando no de mantenimiento de privilegios. Se han santificado guerras motivadas por espurios intereses meramente económicos o de poder. Se ha expulsado a las tinieblas exteriores, en fin, al inicuo disidente que solo buscaba responder a la condición de librepensador de su propia naturaleza. Se sigue solicitando el óbolo como en los mejores tiempos de su hegemonía. Pero, ¿en qué quedamos? ¿No se mantenía la fe por sí misma? Se ve que, por si acaso la cosa no funciona, conviene tener a mano el extintor. ¿Siguen pensando en la misma mano para utilizarlo si les conviene? 


4 comentarios:

  1. o la fe tiene que ser gravada a fuego
    o
    entre fe y realidad hay fuego y como siempre, el fuego se apaga
    .
    original toma,
    abrazo

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  2. También hay una sombra (la del extintor) que amenaza con vaciar sun contenido sobre la fe.
    Haces unas reflexiones realmente soprendentes ¡y las fotos!
    Un abrazo.

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  3. Omar. Creo más bien que las normas de seguridad desplazan a la Fe. O bien la Fe ya no es la Seguridad que creyeron que era (y la Salvación sospecho que mucho menos) El Big Brother ha penetrado en las entrañas del Aparatchik de Roma.

    Un abrazo.

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  4. Cierto, incisiva y observadora, Montse. Esa sombra es la intermediaria, el médium...¿o acaso es la Fe que adquiere esa forma por si acaso no le basta con que se sea una "virtud" teologal?

    ¿Ves? Tú también has entrado en la imagen y aportas tu parte sorprendente. El poder de la imagen versus...¿ el de las palabras desgastadas?

    Un abrazo.

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