Si la infancia del futuro es así de clónica e inexpresiva, yo me apeo. Bueno, ya me apeé hace mucho de la niñez, pero aún permanecen ciertos rictus del gamberro ingenuo que a uno le gustaba ser. También una buena dosis de curiosidad, si bien es manifiesto el déficit en humor y diversión. Al menos como expresiones exteriorizadas. Es como si el niño que se lleva dentro dijera: señores adultos, no os merecéis la alegría y me la quedo para mi propia percepción íntima. Claro que, tal como van las cosas, no sé si muchas parejas no preferirán mantener un maniquí en casa, que siempre será más económico, dará menos disgustos y no habrá que preocuparse por su futuro.
La infancia entendida como lo hacemos nosotros ahora es, en efecto, un concepto bastante nuevo. No obstante, de seguir así probablemente tendrá una vida breve. Abrazos para lo que quede del niño gamberro, pero más para el curioso.
ResponderEliminarMe gusta pensar que la infancia no se pierde, simplemente se transforma.
ResponderEliminarMi imagen de infancia, de candidez, de inocencia no tiene mucho que ver con lo habitualmente entendido, si no más bien con aquella capacidad de inventar, de continuar imaginando, de mirar siempre a lo alto y proyectar sobre el futuro.
Un abrazo
Gracias por invitarnos a compartir tus imágenes. Me gusta especialmente cuando además de la imagen el fotógrafo nos regala su propia impresión, que sumamos a la nuestra, particulares ambas.
ResponderEliminarLa última imagen me lleva directamente a mi infancia: adoraba esas muñecas recortables que mágicamente cambiaban de apariencia al superponerles el siguiente vestido de papel.
La magia escondida detrás de lo simple es una de las carencias de los niños de hoy. Un mundo tan elaborado los apabulla. Aún así, la risa de un niño en sus primeros años sigue siendo un estanque de agua clara.
Saludos.
Ay, Salomé, veo que lo vemos de manera análoga. No quiero saber nada del futuro que no tendré. Solo del pasado que me construyó y del presente en el que me solazo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jo, Luis, y me pasa a mí lo mismo. Nos embargaba la curiosidad, las ganas de probar, de comprobar, de perdernos sin valorar muchas veces nuestra capacidad o límites (podía pasar de todo) pero eso nos hacía ir adelante y nos daba gusto.
ResponderEliminarLeo algo en este blog sobre el tema de la inocencia:
http://dichosycontradichos.blogspot.com.es/2012/07/248.html
Un abrazo.
Mira, Diana, que durante mucho tiempo solo colgué fotos que me parecía que hablaban por sí mismas. Pero luego, mucho después, me dio por añadir mi visión más explícita a través de la palabra. No quiere decir que tenga que ser compartida por los demás, pero lo que me sugieren me apetece hacerlo común para el que guste de pasarse.
ResponderEliminarOye, que yo fui niño varón y me enacantaba ver a las amiguitas con sus recortables, aunque en mi época yo fuera de indios y vaqueros. Pero compartíamos, afortunadamente, juegos de niñas y ellas de niños, transgrediendo las estúpidas normas sociales que otorgaban roles muy precisos y diferenciados.
De acuerdo: ese mundo de hoy, tan sofisticado y hecho a imagen de los fabricantes, apabulla y resta imaginación y riesgo al niño. La risa de un niño, dices...y la picardía, y las preguntas, y el interés por las cosas, y el juego, y la deconstrucción a que nos someten...todo eso es precioso. Aprendamos.
Un abrazo.
Thank you for this very thoughtful inspiration. Please have a good new week.
ResponderEliminarSometimes the simplest thing is what tells us more, Robert. Good week for you.
ResponderEliminarComo papás de tres chiquilinas (ya mujeres) las prefiero como son, aunque no pueda acompasar sus pasos apurados, sus creencias, sus expectativas,
ResponderEliminarinteresante entrada, deja mucho para pensar,
un abrazo
Omar, pues si a ti con ese bagaje de maravillosa experiencia que tienes te hace pensar la pequeñez de mi entrada...No, no es posible acompasar casi nada con personas de generaciones nuevas, simplemente tratar de entender y mantener las distancias y...comunicar nuestras cuitas. Un abrazo.
ResponderEliminarA foto da primeira boneca esta muito sinistra.
ResponderEliminarAs fotos estão ótimas.
beijos!
Eu acho que, Janice, que também é a segunda esta muito sinistra ... são filhos de filme de terror, JAJ.
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