martes, 29 de mayo de 2012

La caída sin fin





En la vieja mitología se da a entender que era el inteligente. También el soberbio. No estoy seguro de que tuviera ni una ni otra connotación, sino que los vencedores se las adjudicaron a posteriori. Como toda esa caracterización feísta que en ésta y otras representaciónes se le cuelga. Me interesa ese rostro atormentado y blasfemo. Ese cuerpo retorcido y rebelde. Son imágenes tan fieramente humanas, ¿verdad? Me interesa, desde otro punto de vista, la dinámica que revela, porque es prácticamente el todo de la estatua. Hay esculturas y pinturas del ángel ya caído, pero pocas del ángel cayéndose. Es la historia humana. Caemos sin fin, permanentemente, sin alcanzar las ilusiones, proyectos y materializaciones que nos han entretenido durante los años. Parodiando a Magritte habría que decir: esto no es el demonio. Es el hombre en toda su tragedia. Pónganse luego apellidos: reyes, banqueros, papas, generales, presidentes de consejos de administración, obreros o mendigos. Casí nada. O sea, todo.



miércoles, 23 de mayo de 2012

Esperando la clientela





sábado, 19 de mayo de 2012

Seducción




Fascinación por un pozo. Los círculos se superponen unos a otros hasta tocar fondo. Mejor dicho, agua. El milagro del aprovechamiento. El retorno a la naturaleza. El uso humano. Cuántas representaciones en torno a una simple boca. Una rueda: ¿se desplaza el universo humano en su historia en base al agua? Un radial solar: ¿gira el planeta agradecidamente por mor del astro incadescente? Un fondo de ojo: ¿es el pozo esa gran retina que engulle toda la luz? Un alma: ¿se percibe a sí mismo el ser humano como caída o como elevación? Un viaje: ¿hace sentir a los hombres que a través de un pozo se llega a las antípodas? Un vínculo: ¿es algo más que un agujero, es la tierra que se abre para no perdernos? Lo mires como lo mires, la atracción seduce. La mirada se torna cautiva.

lunes, 14 de mayo de 2012

Apolo encarcelado







Malos tiempos para los cánones, que no para las apariencias. O tal vez los viejos cánones con que los artífices clásicos pretendían compendiar los saberes de la geometría ya no los reconoce casi nadie. Con el photoshop y las operaciones de estética queda poco margen para la convergencia de vértices, líneas rectas y curvas, y parábolas imaginativas tales como lo entendían los sabios de la antigüedad. Buscando equilibrios externos que fueran representación de algo más profundo. Ellos estaban allí, a ras del suelo, contemplando las pantorrillas y los zapatos de los transeúntes, y me pareció percibir en sus miradas una tristeza o, al menos, un abandono pudoroso, que el resto de sus facciones no podía paliar. Cierto liberto culto de la república ateniense dijo una vez que la verdadera belleza no podría ser encerrada jamás tras los barrotes. Fue una manera inteligente de referirse a la libertad, cuya aspiración, ya se sabe, está hoy día más torpedeada que nunca. Aunque parezca lo contrario.


jueves, 10 de mayo de 2012

Vértice cósmico






Hay algo especial en esos vértices planos que al amanecer arrancan a un claustro de la nieve. Algo donde las palabras que justifican al dios se vuelven más carnales. Un claustro es un espacio infinito, imagen que entronca con el ideario de quienes se mueven a través de él. Todo lo contrario de lo que parece, pues su cuadratura traslada una impresión equivocada, como si se tratara de un espacio cerrado. O peor, agotado. Pero los pies que no cesan de recorrerlo y las mentes que no dejan de evadirse a otros mundos demuestran la atracción física imparable. Cosmos él mismo también y a semejanza del cosmos en el que contradictoriamente han creído sus usuarios, la arquitectura se pone al servicio de la naturaleza que late tras cada intención. Si desproveemos al claustro del gusto y la exaltación por los símbolos del poder, altamente ornamentado, vemos que mantiene la misma estructura que un patio humilde de villa tradicional. El continuum horizontal de esta inmensa galería lo han practicado todas las culturas. La idea buscaba protección, pero también favorecer a las mentes con otros recorridos.




lunes, 7 de mayo de 2012

La danza de las sillas







En esta vida unas veces te sientes en Liliput y otras en Brobdingnag, pero siempre siempre en algún tipo de caos. Estés en un territorio o en otro la ficción domina, salvo cuando sientes el dolor. Por más que te repitas que el dolor no es dolor éste no deja de manifestarse. Eso da ya la medida limitada de las cosas para los liliputienses y los brobdingnagienses. Es decir para esta ficción a medias llamada especie humana. Así que en cuanto me percaté de esta fila revuelta de sillas gigantescas me dediqué a jugar entre ellas. Por supuesto, no llegaba al asiento y el respaldo me quedaba más lejos aún. Pero nada me impedía atravesar su hilera y dialogar con las patas. Creo que esta disposición rebelde de las sillas viene precisamente de que nadie llega a ellas y ellas se sienten sin cumplir su misión. Víctimas del capricho de un escultor, lo que más me gusta del conjunto es su anarquía, su efecto de movilidad permanennte, su inutilidad en lo que representan. Y concebirlas exclusivamente como juego visual. Jonathan Swift la gozaría.



  

jueves, 3 de mayo de 2012

Mundo flotante



Arquitectura dentro de otra arquitectura. Un tiempo cultural dentro de otro. En ambos el peso de la propiedad católica, en la cual convergen. Sigo pensando que aun estando al servicio de ésta, el arte genera su espacio propio. Su propia fuga, ya que el órgano barroco parece venir a sugerir esta acepción. La arquitectura habla con un lenguaje y la música con otro. ¿O es el mismo con diferentes articulaciones? Sería discutible quién llega más al mundo emocional del individuo. Es cierto que el mecanismo musical es arrebatador, ¿pero no lo es la proyeccción vertical de una catedral gótica? Son matices. Las tradiciones estilísticas se complementan, incluso más allá de los marcos habituales. He asistido a conciertos sobre composiciones musicales generadas para la Iglesia en sinagogas judías. En ese momento era otro espíritu el que me llegaba: el conflictivo y cohabitador de la siempre Europa en construcción y diversa. No, nada más lejos de mi intención que caer en el tópico. La armonía de clases, de culturas y de políticas no se ha dado probablemente. Pero mientras se han tenido que soportar o relacionar en un pulso inevitable, las influencias han tenido lugar. Sortear el largo brazo del poder ha tenido mucho de desafío. Tal vez por ello algunos artistas generaban su particular visión, asumida por los propietarios, fagocitada a su manera. Escuchamos Adagio de Albinoni en versión e interpretación del húngaro Xaver Varnus. Mundo flotante, sí.

http://youtu.be/OL1oSGgrEuk